La educación humanística es el ingrediente para la salud de la democracia

“La educación humanística es el ingrediente más importante para la salud de la democracia”

“Si somos capaces de analizar nuestra realidad desde un punto de vista crítico, pueden pasar cosas muy malas”.

Martha Craven Nussbaum (Nueva York, 1947), filósofa y profesora en la Universidad de Chicago, es el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de este año. Aunque es conocida sobre todo por sus ensayos sobre filosofía antigua –ha firmado una veintena de libros sobre Aristóteles– y el estudio de las emociones, Nussbaum ha desarrollado intereses muy variados. Su filosofía sigue la estela de la tradición política liberal, es una defensora radical de la educación y las letras como baluartes de la existencia, de los derechos de los animales y estudiosa del feminismo. En 1986, en colaboración con el economista Amartya Sen, desarrolló la teoría del “enfoque de las capacidades” como alternativa para el análisis de las cuestiones de justicia básica.

–¿Qué le dice España? ¿Ha habido o hay una corriente española de pensamiento que le interese?

–Solo he estado en España una vez, hace dos años, dando clases en Barcelona. Me apetece mucho visitar Asturias, así que me quedaré un día más, para hacer alguna ruta de montaña, parece una región muy bella. España tiene una importancia especial en mi carrera, porque uno de los filósofos antiguos que más han influido en mi trabajo, Séneca, nació en España, y soy consciente de la larga tradición filosófica española. De hecho, durante mi visita inauguraré una exposición con frases de filósofos españoles a lo largo de la historia, inspiradas en la pobreza y las habilidades humanas. El gran filósofo español Jordi Cat, amigo y profesor en la Universidad de Indiana, me ha ayudado a conocer mejor su filosofía.

–Vivimos un momento histórico complicado, en el que resulta difícil ver un horizonte esperanzador. Las instituciones, al menos en Europa, se tambalean; el ejercicio de la política está lejos de ser ejemplar y la ciudadanía se debate entre la pasividad y la acción de la protesta en la calle. ¿Qué le ocurre a la democracia?

–Creo que el ingrediente más importante para la salud de la democracia es la educación de la ciudadanía, una educación con un fuerte contenido humanístico. Tenemos que ser capaces de inculcar a los jóvenes el pensamiento crítico de Sócrates, y enseñarles cómo articular un discurso racional, cómo debatir y defender sus ideas. Para ello, claro, es esencial que tengan un profundo conocimiento de nuestra historia, que entiendan los entresijos de la economía mundial. Tenemos que cultivar la imaginación de los jóvenes para que sean capaces de ver el mundo desde el punto de vista de alguien distinto a ellos mismos.

–Los llamados mercados son los nuevos gobernantes, la prima de riesgo nos amenaza cada día y, entre tanto, crece el paro, aumenta la pobreza y vuelven las desigualdades sociales. ¿Cómo pelear en estas circunstancias por la libertad y la igualdad?

–La verdad es que desde hace cierto tiempo hay una especie de movimiento insurgente dentro del sistema económico, del que de alguna manera formo parte, que defiende que el desarrollo de las habilidades humanas debe ser el objetivo final de las políticas sociales. Desde este punto de vista, los mercados son herramientas para promover y desarrollar esas habilidades, para mi intrínsecamente ligadas a una vida basada en la igualdad de nuestra dignidad humana.

–¿Cómo fomentar el espíritu crítico en la educación cuando las humanidades prácticamente han desaparecido del currículo educativo? Los jóvenes españoles apenas conocen a los grandes maestros de la antigüedad.

–No creo que necesariamente tengan que estudiar a los filósofos antiguos, aunque los “Diálogos de Platón” siguen siendo muy cautivadores de cara a la clase. Loque principalmente necesitan saber es cómo argumentar y defender una idea, y hay muchas formas de conseguirlo, empezando ya en edades tempranas. En mi libro doy algunas ideas sobre cómo incluir el pensamiento crítico en el currículo escolar. La ausencia de este pensamiento crítico es, ya por si misma, extremadamente peligrosa. Sabemos, por nuestras investigaciones, que la gente tiene una tendencia natural a dejarse llevar por figuras de autoridad que les seducen. Si no somos capaces de analizar nuestra realidad desde un punto de vista crítico pueden pasar cosas muy, muy malas.

–¿Por qué le seduce tanto Aristóteles?

–Aristóteles tiene un conocimiento profundo de la vulnerabilidad humana, de sus necesidades y del papel que debe jugar la imaginación. Pero Séneca añade algo que en Aristóteles falta: la igualdad de la dignidad humana, y la idea de que todas las naciones forman parte de una comunidad global interconectada. Como Séneca decía, debemos esforzarnos en ser “ciudadanos del mundo”.

–Su teoría sobre el “enfoque de las capacidades”, que presenta como una base filosófica de una teoría de los derechos humanos, permitiría plantear un mínimo social básico para todos. ¿Lo considera posible?

–En realidad es algo que ya estamos en vías de alcanzar. Tenemos ya una asociación mundial sobre desarrollo humano y habilidades, con miembros de 80 países distintos, y el trabajo que hacemos tiene ya mucha influencia sobre cómo las naciones miden el bienestar. Un ejemplo: la Comisión Sarkozy, en Francia, reconoció estar muy influida por esta “teoría de las habilidades”.

–En países en los que no existe libertad, ¿qué tipo de “libertades” deberían existir para ese consenso social básico: libertad religiosa, de expresión, de prensa?

–Todas esas, además de la libertad de asociación y la libertad en todos los asuntos relacionados con las relaciones íntimas. Por ejemplo, liberarse de leyes que regulan la conducta sexual, excepto aquellas relacionadas con la violación de derechos.

–¿Qué opina de la polémica europea sobre el velo islámico? ¿Y sobre el burka?

–Creo que todos los argumentos para prohibir o penalizar el uso del burka o del velo islámico se limitan a señalar a una minoría, cuando también deberían analizar y criticar prácticas similares dentro de la cultura dominante. Por ejemplo, la idea de que el burka hace de las mujeres objetos. Debería considerarse igualmente prácticas propias de nuestra cultura dominante, desde la pornografía hasta la cirugía estética, que también implican tratar a las mujeres como objetos que los hombres usan y controlan.

“La política educativa de Obama me ha decepcionado”

–¿La comunidad internacional debe intervenir cuando, como ocurrió en Afganistán con los talibanes – y continua ocurriendo hoy en algunas zonas del país- se excluye a la mujer de la educación, en algunos casos utilizando la violencia?

–Desde luego. La educación es un derecho fundamental, y la comunidad internacional debe intervenir para asegurar que las niñas pueden acceder a ella en igualdad de derechos y condiciones. Estados Unidos debió haber apoyado la educación de las mujeres en Pakistán hace mucho, mucho tiempo. Quizá si lo hubiesen hecho la situación actual del país no sería la misma. Por desgracia la política exterior se centra casi exclusivamente en la seguridad nacional, no en la educación.

–¿Cuál es el reto del feminismo en Occidente? ¿Y en los países menos desarrollados o pobres?

–Quizás el mayor reto para la mujer sea tener la libertad suficiente como para diseñar nuestra propia vida como nosotras queramos. Esto implica, como mínimo, tener acceso a la educación y al trabajo en igualdad de condiciones.

–¿Cómo valora la presidencia de Obama? ¿Cuáles han sido sus luces y sus sombras?

–Espero que Obama logre ser reelegido, aunque creo que en algunos momentos no ha sabido defender ni comunicar adecuadamente el por qué de sus políticas, al contrario que, por ejemplo, Franklin Delano Roosevelt. En algunos momentos incluso ha dado armas a una oposición, a mi juicio, bastante intransigente. Aún así, y aunque espero que gane, su política educativa me ha decepcionado. Arne Duncan –el secretario de estado de Educación en la Administración Obama– es un tecnócrata al que nunca le han interesado las artes o las humanidades, ni se ha preocupado por ellas. Sin embargo, aquí en Chicago, nuestro nuevo alcalde, Rahm Emmanuel, que fue jefe de gabinete de Obama en la Casa Blanca, sí ha anunciado un nuevo programa de apoyo y fortalecimiento de las artes en la educación obligatoria. Trabaja con personalidades de la cultura como el violonchelista Yo Yo Ma o la soprano Renée Fleming, y otros grandes artistas. Sinceramente, me ha sorprendido, y hasta cierto punto emocionado, porque era justo lo que necesitábamos. Aplaudo su sabiduría. Emmanuel fue bailarín en el Sarah Lawrence College, y entiende perfectamente todo lo que las artes pueden ofrecer. Obama, que tuvo una buena formación en humanidades, debería entenderlo también.
Fuente:

http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2012/10/22/educacion-humanistica-ingrediente-importante-salud-democracia/700287.html

22 de octubre de 2012

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