Es Colaborador de Prensa Latina y es de la Universidad de las Ciencias Informáticas.
La “nueva” física impulsó una nueva visión del mundo y otro enfoque de la filosofía de la ciencia. En torno a un grupo de físicos y matemáticos de la capital austriaca surgió un movimiento que habría de revolucionar la visión filosófica de la ciencia y de su papel en el desarrollo de la sociedad humana: el Círculo de Viena.
Liderados por Moritz Schlick (1882-1936), los neopositivistas o empiristas lógicos como fueron conocidos, reivindicaron una postura científica del mundo e integraron en un solo cuerpo el empirismo de Mach, el método de inducción y el rechazo a la metafísica. Los neopositivistas, además, intentaron unificar el lenguaje de las ciencias.
Aunque crítico con varios de los postulados del Círculo, Karl R. Popper (1902-1994) mantuvo una larga relación con los miembros del mismo. Su obra cumbre fue La lógica de la investigación científica, publicada en 1934.
En este libro, Popper introduce el concepto de límite de demarcación con lo que se propuso establecer una frontera nítida entre la ciencia y la metafísica.
Más allá del asunto de la demarcación, Popper interpretaba que las proposiciones eran científicas solo si podían ser refutadas a partir del experimento.
Hay que notar que la coexistencia de los trabajos de Popper con los avances en la mecánica cuántica de las décadas del 20 y el 30, influyeron decisivamente en sus postulados, por ser él mismo físico-matemático, como es también el caso del norteamericano T. Kuhn (1922-1996).
En The Structure of Scientific Revolutions (La estructura de las revoluciones científicas), Kuhn consideró la evolución de las ciencias naturales básicas de manera diferente a cómo se había estudiado hasta entonces. Él planteaba que la evolución de estas, particularmente de la Física, no seguía un avance homogéneo a partir de un “método científico”.
Por el contrario, Kuhn defendía que el desarrollo se daba en dos partes: en una primera había un consenso de la comunidad de científicos sobre la ciencia ya establecida y su utilización. Es lo que él llamaba un paradigma.
Conforme las leyes y metodologías previas dejan de tener validez, los científicos trabajan en otras que sustituyan las previamente existentes. La superación de una teoría “vieja” por una “nueva” superior, conlleva a la instauración de un nuevo paradigma. Un ejemplo de esto sería el desarrollo de la Teoría de la Relatividad de Einstein y la Mecánica Cuántica, por sobre la mecánica newtoniana (paradigma anterior).
Así, con sus características y objeto de estudios propios, la física y la filosofía han andado de la mano por mucho tiempo y se han influido mutuamente.
Las ideas de Kunh, por ejemplo, inspiradas en su formación física, modificó radicalmente la visión sobre la evolución de las ciencias. Muchas cosas han cambiado en los últimos 40 años, pero ese será el tema de un próximo trabajo.
Fg/Jgg
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=297311&Itemid=1
CUBA. 15 de junio de 2011