«La crisis viene de la falta de filosofía, nadie especula con una solución a la recesión»: Roman García.
Con más de 30 años de historia, la Sociedad Asturiana de Filosofía (SAF) lleva trayendo a primeras figuras del campo del conocimiento al Principado para que compartan con los interesados en la materia lo más debatido de las diversas disciplinas. Una forma distinta de ver la filosofía, como mantiene el presidente de la agrupación filosófica, el catedrático Román García, que en las siguientes líneas analiza el papel y la influencia de la filosofía en la crisis económica que azota al país. La asociación filosófica está trabajando para traer a los grandes representantes de la fenomenología (una de parte de la filosofía que estudia la esencia de las cosas), como Marc Richir. La Sociedad Asturiana de Filosofía está inmersa también en la organización de sus olimpiadas filosóficas.
«A veces con las ideas pasa lo mismo que ocurre con los virus, que se escapan y llegan a crear problemas»
-¿Se está haciendo algo para recuperar la historia del pensamiento asturiano?
-Desde que comenzó la Sociedad Asturiana de Filosofía se vienen haciendo estudios de pensadores asturianos. Pero recopilar todo es una obra ingente y costosa, tanto de trabajo como económicamente. Y no tenemos suficientes apoyos económicos para llevarlo a cabo. Ahora nos lo hemos planteado de otra manera, desde el punto de vista de la elaboración de vídeos de carácter didáctico y de unos 30 minutos de duración. En ellos se expone a un pensador asturiano y se engloba dentro de la corriente filosófica a la que pertenece. El primero que hemos hecho es a Jovellanos, y pretendemos explicar el pensamiento de este filósofo dentro de la historia de España, pero también cómo funcionaron sus ideas en el plano internacional. Pero no sólo en una dirección, porque muchas veces se ha hecho esto y se fagocita al autor en esa corriente y se olvida que ese autor contribuyó a la expansión de la mencionada corriente. Por ejemplo, Jovellanos es alguien fundamental para el paso de la ilustración en América.
-¿Hay muchas personas interesadas por la filosofía en Asturias?
-Nosotros tenemos a nuestro público fiel que son los profesores de Filosofía y los que la estudian. También son los más activos: los que más plantean cosas. Pero una de las cuestiones fundacionales de la SAF no es promover una determinada corriente filosófica o montar un gueto de cuatro personas que viven de esto o incluso un sindicato de profesores, que para eso los hay. Entre los socios hay muchas personas que se dedican profesionalmente a otras cosas: médicos interesados en la bioética, físicos, biólogos, periodistas…
-Ya en pleno siglo XXI, ¿cree que la filosofía está lo suficientemente valorada?
-La filosofía siempre tuvo dos espectros. De Tales de Mileto se cuentan dos anécdotas. Una que iba mirando al cielo, a las estrellas, y cayó en un pozo, entonces su criada se reía de él porque decía que por estar mirando las estrellas no ve lo que tiene debajo de los pies. Es esa imagen del filósofo distraído que se dedica a cosas que no valen para nada la que recorre toda la historia de la filosofía. De Tales de Mileto también se cuenta otra cosa y es que estudiando el cielo se dio cuenta de que la gran sequía que había iba a terminar e iba a haber una gran producción de aceitunas, entonces se dedicó a alquilar prensas, y cuando llegó la gran cosecha de aceitunas las realquiló y se hizo rico. Esto demuestra el carácter práctico de la filosofía. Son especulaciones, pero esas especulaciones se pueden aplicar a la vida. En nuestra sociedad hay un respeto por la filosofía en cuanto a actividad teórica, la que se dedica a organizar la parte del conocimiento, y hay también un desprecio por decir que hay gente que se dedica a especular cuando los problemas inmediatos no se resuelven.
-¿Hay alguna conexión entre la crisis económica y la filosofía?
-La crisis viene de la falta de filosofía. Hace bastante tiempo que se optó por determinadas disciplinas frente a otras, y la filosofía, independientemente del papel que haya jugado mayor o menor en cada sociedad, siempre ha tenido ese carácter de organización tanto teórica como ideológica. El gran parangón del tema es un artículo que se publicó antes de la caída del muro de Berlín que se titulaba «El fin de la historia», en el que el autor venía a decir que se habían acabado las ideologías, que sólo había un modelo productivo, que era el sistema capitalista, y que sólo había una ideología, que era la democracia. Con eso, por tanto, se acababan las especulaciones. Eso se lo creyó mucha gente y gran parte de los últimos años las clases dirigentes lo han entendido y han prescindido de las grandes reflexiones teóricas. Ese es el problema de la crisis actual, que nadie especula con una posible salida.
-¿Qué tiene preparado la sociedad asturiana de filosofía?
-Para el año que viene tendremos un congreso sobre «Esencia y existencia de los derechos humanos». Los derechos humanos son el marco ético de finales del siglo XX y principios del XXI. Cuando hablamos del humano, ¿qué queremos decir? Es uno de los problemas que están saliendo por ahí y de los que la mayor parte de la gente dice absolutas estupideces, incluso dentro del propio gremio. Por ejemplo, cuando se habla de si los animales tienen derechos, y si tienen derechos humanos. Como es el caso del derecho de los primates, para la que incluso ha habido una iniciativa en el Parlamento. La ética, desde el punto de vista histórico-social, está planteada como algo teológico, místico. Desde la Revolución Francesa esto comenzó a quebrar. Por ejemplo el Darwinismo, que la mayor parte de la gente no lo ha asimilado desde el punto de vista conceptual. La mayor parte de la gente habla del hombre y de los animales, como si fueran dos clases distintas, en donde el hombre no está incluido en los animales. Todavía no hemos superado esto. Entonces esto va a reformar todas las relaciones, incluidas con los animales, y la coexistencia de la fundamentación de los derechos. Hay mucha gente trabajando en esto con estudios muy interesantes, por ejemplo Singer. Esto nos parece a nosotros, esta dimensión práctica, esencial.
-En otras palabras, se trata de aplicar la filosofía en términos en los que sean atractivos para todo el mundo…
-Que no sea pura metafísica. En la filosofía pasa mucho que se crean estructuras teóricas para explicar situaciones y hay gente que las sustancializa. Cuando una teoría se sustancializa, según los referentes, acaba siendo inoperante, porque a veces se crean monstruos, y eso es más peligroso que si estuvieran vacías. Es como el que trabaja con virus, hay veces que se le escapan. Con las ideas también ocurre eso, que se escapan y crean problemas. Por eso creemos que tiene que estar ligado a un referente práctico, muy antiguo en Filosofía
Fuente: http://www.lne.es/asturias/2010/04/06/crisis-viene-falta-filosofia-nadie-especula-solucion-recesion/896453.html
SPAIN. 6 de Abril de 2010