Como en la divisa aquella de “¡Volvamos a Kant!”, ante los embates hegelianos y metafísicos que se estrellaron con la Escuela de Marburgo de Hermann Cohén, Pablo Natorp, Cassirer, Kelsen, etcéreta, ahora es el “¡Volvamos a Keynes!” ante el neoliberalismo de los Milton Friedman, los Hayek y las secuelas del monetarismo de los “Chicago boys”.
- “El corazón de la teoría de Keynes es el principio de la demanda efectiva, que es más bien analizado como un desarrollo o refinamiento de la Ley de Say (la ley de la oferta y la demanda), más que un rechazo total a las ideas que comprende dicha ley. Como Ricardo o John Stuart Mill (o más tarde Walras), toma como punto de partida el supuesto de que, en lo fundamental, toda actividad económica consiste en el intercambio de bienes y servicios entre agentes; por tanto demanda y oferta son diferentes aspectos de una misma cosa”. Esto lo escribe Nicholas Kaldor, para celebrar el centenario del natalicio de Keynes en julio de 1983, llevado a cabo en la Cambridge Faculty of Economics; en un ensayo traducido por Aníbal Gutiérrez reproducido en la revista de Investigación Económica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ahora recordamos 1 año más de la publicación de la Opus Magnum: Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada en 1936, para cortarle el filo depredador y explotador al capitalismo y sus ismos coronados con el neoliberalismo económico. Y como en la divisa aquella de “¡Volvamos a Kant!”, ante los embates hegelianos y metafísicos que se estrellaron con la Escuela de Marburgo de Hermann Cohén, Pablo Natorp, Cassirer, Kelsen, etcéreta, ahora es el “¡Volvamos a Keynes!” ante el neoliberalismo de los Milton Friedman, los Hayek y las secuelas del monetarismo de los “Chicago boys”
- Esos mismos que alentaron los autoritarismos políticos y dictaduras que proclaman el capitalismo salvaje, dejan todo en las manos “invisibles” de la depredadora globalización y el libre mercado y que con medios jurídicos detiene la intervención gubernamental en los mercados, para explotar como si no existieran ni Marx ni Keynes; en un mundo que se hunde con sus capitalismos en disputa made in Nueva York, made in China, made in Europa (Alemania y Francia) y made in Gran Bretaña, con sus capitalismos periféricos y/o dependientes. Así que nada como volver a Keynes (1883-1946), el Kant de la teoría económica revolucionaria y reformadora de la política económica del mercado mixto; con la reglamentación legal para controlar a los mercados con el final del “dejad hacer, dejad pasar” (Keynes, “El fin del laisses-faire”, 1926, en su libro: Ensayos de persuasión, editorial Crítica). Y traducido por Eduardo Hornudo en ediciones y reediciones de 1943 a 2016, con sello del FCE; cuyos 24 capítulos pueden estudiarse en el Informe de 3 décadas, con los estudios compilados por Robert Lekachman (FCE), traducción de Roberto R Mazzoni. En: Lawrence R. Klein, La revolución keynesiana (Trillas). Y de Harry G. Johnson: Inflación y revolución keynesiana, y contrarrevolución monetarista, traducción de Matilde Mas (Oikos-tau).
- El texto motivo de esta reseña con toda las obras completas de Keynes son nuevamente piedra de toque y punto de partida para encarar la crisis de los capitalismos, con las economías dependientes también en severas crisis, para resolver keynesianamente los problemas de la barbarie del capitalismo devenido salvaje y que enfrenta una alternativa: reforma democrática con Keynes, o Revolución mundial contra el neoliberalismo económico, recurriendo a Keynes, Marx y Schumpeter. Ver: “Marx, Keynes y Schumpeter”, publicados en Revista de Occidente (febrero-marzo 1983, varios traductores). Y en el libro: Historia económica de Europa, volumen 5: La revolución keynesiana, por Robert Campbell, traducción de Iris Menéndez. Y el libro de Dudley Dillard: La teoría económica de John Maynard Keynes, traducción de José Díaz García; editorial Aguilar.
Ficha bibliográfica:
Autor: John Maynard Keynes
Título: Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Álvaro Cepeda Neri
Notas:
3 de agosto de 2018. MÉXICO